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El sueño: mitos y realidades

12/05/2016

Muchas personas acuden a la consulta de un psiquiatra bien porque padecen únicamente insomnio, bien porque el insomnio es un síntoma más dentro de un trastorno. Normalmente, antes de acudir a la consulta de un profesional de la Salud Mental ya han consultado con sus Médicos de Atención Primaria y han intentado varios abordajes para poner una solución a este problema.

Dra. Karina Muñoz

Tenemos la percepción de que es necesario dormir siete u ocho horas a lo largo de la noche, y que menos que eso es claramente patológico. Lo cierto es que parecemos perder de vista que la duración del sueño varía a lo largo de la vida según las necesidades del individuo: mientras somos bebés dormimos más de 12 horas diarias y, a medida que nos vamos haciendo mayores, la cantidad de horas que dormimos por la noche suelen disminuir. Ello es así porque las fases del sueño se modifican en cuanto a su latencia en la medida que envejecemos, porque nuestros requerimientos de descanso también se modifican.

Cuando en las consultas de Salud Mental exploramos cómo duermen nuestros pacientes, no sólo nos interesa saber cómo duermen durante la noche sino si también lo hacen durante el día (si duermen o no siestas). Ello se debe a que tendemos a caer en el error de pensar que lo importante es dormir siete u ocho horas durante la noche, cuando en realidad se trata de la cantidad de horas que dormimos a lo largo de 24 horas.

Otra cosa distinta es la calidad del descanso. El sueño siempre ha de ser reparador, lo que significa que, al despertar, debemos tener la sensación de haber descansado, encontrarnos frescos y renovados.

Dormir menos horas (a lo largo del día) de las necesarias no es saludable en cuanto a que no conseguimos descansar adecuadamente y continuamos encontrándonos cansados. Pero -y cuando abordo esto en la consulta mis pacientes suelen mostrarse muy sorprendidos- dormir más horas de las necesarias tampoco es saludable y es natural que nos haga sentirnos muy cansados, enlentecidos, incluso como si no hubiésemos dormido.

¿Que por qué dormir más horas diarias de las necesarias nos cansa?. Para entenderlo hay que saber que el sueño se divide fisiológicamente en fases; una de las fases -concretamente la fase REM o rapid eye movement- consume gran cantidad de energía por decirlo de alguna manera, y produce cansancio. Un sueño reparador tiene una cantidad de fases REM determinadas (ni muchas ni pocas), y la superación de las mismas produce cansancio. Por eso nos cansamos cuando dormimos más de lo pertinente.

Ahora bien, en consulta suelo encontrar escenarios como los siguientes:

Persona de más de 65 años de edad cuya queja es que duerme cinco horas por la noche y hace siestas de una hora. No se siente cansando a lo largo del día, pero le preocupa no estar durmiendo siente u ocho horas como antaño. Al cabo de 24 horas duerme seis; este caso podría entenderse como la evolución natural, normal, del sueño a lo largo de la vida. No tiene por qué tratarse de algo patológico a menos que existan más síntomas.

Persona de más de 65 años de edad, que duerme cuatro horas por la noche, no seguidas -porque se despierta-, no es capaz de dormir siesta y se encuentra muy cansado a lo largo del día. Se trata de un sueño muy corto y poco o nada reparador, que será necesario tratar.

Persona de unos 35 años de edad que duerme cinco horas todos los días. Siempre ha sido “mal dormidor”, no se nota cansado salvo si duerme más de esas cinco horas (hecho más bien episódico); se siente activo y bien a lo largo del día.

Este caso, aún a pesar de que el sujeto no duerme la cantidad de horas que se entiende debería dormir, no es patológico y no hace falta abordarlo.

Por todo esto, hay que recordar que lo que verdaderamente importa sobre el sueño no es tanto cuántas horas dormimos, sino si esas horas son suficientes para conseguir un descanso de calidad. Y es en estos en lo que me gusta centrarme en consulta, cuando abordo el insomnio con mis pacientes.