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¿Depresión en Navidad?

01/03/2017

Al pensar en la época navideña, parece que tenemos que sentirnos siempre alegres y entusiasmados. La Navidad siempre ha sido la época de los reencuentros, de la felicidad, del compartir con nuestros seres queridos, de dar sin esperar recibir nada a cambio…

Dra. Karina Muñoz

Probablemente casi todos tenemos recuerdos del pasado en los que éramos felices en estas épocas, que incluso esperábamos con ilusión ya no sólo por los regalos de los Reyes Magos o de Papá Noel, sino por el reencuentro con nuestros familiares y la sensación de bienestar que imprimía a nuestros ánimos.

Sin embargo, al hacernos mayores no sólo aumentan nuestras responsabilidades sino posiblemente también cómo nos sentimos en fiestas como la Navidad. Con los años, las festividades son diferentes en cuanto a que con el paso de los años nuestra relación con el entorno cambia, o algunos familiares con los que tenemos una gran vinculación empiezan a ausentarse.

Entonces, se trata de una época en la que somos más conscientes de los cambios que vamos experimentando y sufriendo a lo largo de los años, los recuerdos de nuestros seres queridos y de las “épocas mejores” se intensifican, y en muchos casos nos invade la tristeza.

Incluso a algunas personas que padecen trastornos depresivos, las fiestas navideñas pueden generarles la sensación de que su estado de ánimo empeora. En estos casos, no es propiamente que exista un empeoramiento claro de la depresión, sino una reacción normal y esperable ante lo que representan estas festividades y las ausencias que notan.

Tampoco hay que desdeñar que, coincidiendo con épocas de crisis económicas, la “obligación” de realizar regalos a nuestros seres queridos nos genera frustración al pensar en las cantidades de dinero que (creemos) se supone debemos gastar. Todo lo cual repercute en nuestro ánimo y eleva nuestros niveles de ansiedad.

¿Podríamos hacer frente a esta época de manera más adaptativa?. Siempre es posible, si somos capaces de centrar nuestra atención en aquellos aspectos de las festividades que nos aportan sentimientos positivos, que no en lo que nos hace sentirnos tristes o agobiados.

Siempre resulta beneficioso y enriquecedor hacer de las Navidades una época de reflexión sobre aquello que hemos vivido a lo largo del año y nos ha generado satisfacciones o decepciones, de decidir qué o a quién queremos en nuestras vidas y qué debemos dejar de lado… para crecer como personas y buscar nuestra satisfacción y autorrealización.