986 112 686      info@tupsiquiatra.expert      717 716 537     

Lo que debes saber de los antidepresivos

08/03/2022

Los antidepresivos son tratamientos muy recurridos en la práctica de cualquier psiquiatra y médico de Atención Primaria. Pero ¿algunas veces los mantenemos durante demasiado tiempo? ¿es posible dejarlos algún día? ¿es cierto que enganchan?. Las dudas sobre estas medicaciones son habituales y, por eso, vamos a intentar aclararlas aquí de una vez por todas.

Antidepresivos

Como digo, los tratamientos con antidepresivos forman parte de mi día a día en la consulta: a algunos pacientes hay que recomendárselos, otros acuden a consulta porque llevan la intemerata tomándolos y querrían retirarlos, otros quieren reanudar un seguimiento periódico de una medicación que toman desde hace muchos años y que no quieren dejar porque les aporta seguridad. ¡La casuística es muy variada!.

En todos los casos siempre hay que hacer una labor psicoeducativa: no siempre es necesario tomar una medicación para sentirse mejor (sí, un psiquiatra que reivindica que las medicaciones no siempre son la base del tratamiento…), o hay que explicar muy bien qué esperar de un antidepresivo o de un ansiolítico, o explicar que de hecho son pocos los casos en los que es necesario mantener una medicación a perpetuidad.

¿Qué hace un antidepresivo?

A muuuuy graandes rasgos, los psicofármacos en general son formulaciones químicas que actúan a nivel neuronal para facilitar el incremento o disminución de neurotransmisores en los espacios que existen entre neurona y neurona, de modo que los receptores que hay en la membrana de dichas neuronas den lugar a las cascadas químicas necesarias para restablecer el funcionamiento normal de las células de las estructuras implicadas en la enfermedad mental, sea esta la que sea.

Cuando trasladamos esta información a los antidepresivos, estos consiguen incrementar la cantidad de neurotransmisores (la famosa serotonina, dopamina, etc.) en los espacios entre las neuronas de determinados puntos del cerebro relacionados con la depresión o la ansiedad. Al haber más neurotransmisores fuera de la célula, estos se unen a sus receptores en las membranas neuronales y desencadenan respuestas químicas que ayudan al sistema nervioso central a volver a normalizar su funcionamiento.

Por tanto, no es que el antidepresivo “te de más serotonina” (que es lo que mucha gente entiende), sino que redistribuye la serotonina que ya tenemos de una forma más eficiente.

¿Cuánto tiempo tarda en hacer efecto el antidepresivo?

Hay que tener claro lo siguiente: el efecto del antidepresivo no empieza a notarse nada más iniciar el tratamiento

¿Esto qué significa?. Pues que las primeras dos o tres semanas:

  • O bien no vas a notar absolutamente nada (es decir, seguirás sintiéndote mal),
  • O bien vas a notar solo los efectos secundarios

Que no notes nada o que notes solo los efectos secundarios no significa (¡ni mucho menos!) que el tratamiento sea malo, que no funcione o que sea “muy fuerte”. Lo único que significa es que la medicación está actuando donde tiene que actuar, aunque aún no está generando una respuesta tal que se traduzca en una mejoría que puedas apreciar.

La toma continuada de la medicación, especialmente al inicio, acaba estabilizando los efectos del tratamiento: esto quiere decir que los efectos secundarios se van mitigando hasta desaparecer o hacerse infinitamente más tolerables y empiezan a notarse más los beneficios del antidepresivo - lo que buscamos que haga, vaya -.

Es importante que tengas en cuenta que, aunque el antidepresivo se inicie a dosis bajas y poco a poco a lo largo de las primeras semanas se va incrementando, la medicación es efectiva desde el primer día que lo tomas (aunque no lo notes); empezar con dosis plenas no va a hacer que notes efecto del tratamiento antes, sino que por el contrario, lo que probablemente vas a notar son muchos más efectos secundarios al inicio del tratamiento y/o una mayor intensidad de los mismos, y te vas a asustar

¿Qué efectos secundarios cabe esperarse al inicio del tratamiento?

Los efectos secundarios más habituales son:

  • Dolores de cabeza.
  • Molestias gastrointestinales.
  • Cansancio
  • Inquietud o ansiedad

¿Qué! ¿que la misma medicación que me das para la ansiedad, me provoca ansiedad! En muchos casos, así es. Pero es un efecto transitorio y tiene tratamiento.

Sin embargo, como ya te decía antes, el antidepresivo siempre empezamos a darlo a unas dosis baja y poco a poco, en las primeras semanas de la toma de medicación, vaymos incrementando la dosis hasta llegar a la que queremos alcanzar (que no es, necesariamente, la más alta posible). ¿Y por qué lo hacemos así?, para dar tiempo al cuerpo a que se adapte a los cambios químicos que propicia el antidepresivo y, consecuentemente, que notes menos efectos secundarios o que estos sean de una intensidad tolerable.

¿Los efectos secundarios del inicio del tratamiento se pueden minimizar?

Lo primero que hay que tener claro es que esos efectos secundarios que del inicio del tratamiento con un antidepresivo no siempre aparecen ni lo hacen con la misma intensidad en todos los casos. Lo segundo que hay que tener claro es que ¡son molestias que tienen tratamiento!. Así que no hay nada que temer.

  • Dolores de cabeza → puedes tomar cualquier tipo de analgésico: paracetamol, ibuprofeno, dexketoprofeno… cualquier cosa que tengas en casa y que habitualmente tomes para el dolor, te servirá. El dolor de cabeza responde muy bien a la analgesia.

  • Molestias gástricas → son tremendamente inespecíficas: desde pesadez estomacal después de comer, un poco de acidez, cambio en el ritmo deposicional… ¡cualquier cosa!. Pero tengo buenas noticias: responde muy bien a cualquier protector gástrico que tengas por casa: omeprazol, Almax, pantoprazol, etc.

  • Inquietud o ansiedad → este es el efecto secundario que más molesta y más dudas genera en quien lo sufre. Algunos antidepresivos (sertralina) lo generan más que otros, y es por este efecto por el que cuando empezamos a dar un antidepresivo lo asociamos a un ansiolítico (lorazepam, clonazepam, bromazepam…). Algunas personas no notan un aumento de la ansiedad y otras sí; en este grupo de pacientes, algunos lo toleran muy bien y otros - los casos más extremos - lo notan tanto y es tan desagradable que acaban dejando la medicación. Pero insisto: tiene tratamiento.

¿Cuánto tiempo duran estos efectos secundarios?

Dos o tres semanas. A lo sumo un mes, pero esto ya sería muy raro. Es decir, estos efectos secundarios duran el tiempo que tardarás en empezar a notar una mejoría de los síntomas por los que has ido a la consulta. Y lo que es aún más importante que sepas es que a lo largo de esas dos o tres semanas la intensidad de los efectos secundarios va disminuyendo hasta desaparecer (si no es así, es aconsejable que lo hables con tu profesional de referencia porque entonces sí puede ser que esa medicación no sea la mejor para tí).

¿Qué cabe esperar de un antidepresivo?

Lo más importante que tenemos que saber sobre los antidepresivos es que no son una pastilla de la felicidad. Ahondando más en la aclaración: estar deprimido o ansioso no es equiparable a ser infeliz; el problema que tiene una persona con depresión o con ansiedad va mucho más allá de no ser feliz.

Lo que sí puedo (¡y debo!) esperar sobre los antidepresivos es que progresivamente vayan mejorando los síntomas de la enfermedad por la que te han sido prescritos. Te va a ayudar a que te vuelvas a sentir tú, a que te vuelvas a reconocer ante el espejo.

Has de saber que, en gran medida, los síntomas se recuperan en el orden inverso al que fueron apareciendo: se va antes lo que aparece de último. Así que la recuperación es progresiva, y no necesariamente lineal (vas a tener baches en la evolución, pero son normales, son esperables; te darán miedo porque pensarás que la medicación pierde eficacia, pero no es así, ¡al contrario!).

Probablemente lo primero que empiezas a notar cuando tomas un antidepresivo es que tu nivel de ansiedad disminuye, le das menos vueltas a las preocupaciones (ganas capacidad de dejar las preocupaciones en un segundo plano de tu pensamiento) y la cabeza está un poco más ligera.

¿Cuánto tiempo debe tomarse el antidepresivo?

No hay una respuesta específica para esta pregunta más allá de un mero “depende”.

¿De qué depende?: del motivo por el que se te ha prescrito el antidepresivo (¿por ansiedad? ¿una depresión mayor? ¿un trastorno adaptativo?…) y el tiempo de recuperación.

En términos generales se acepta que el tratamiento antidepresivo hay que mantenerlo seis meses después de haber conseguido la recuperación completa del paciente. Dicho de otro modo: una vez que ya has vuelto a ser la persona de siempre y te encuentras totalmente recuperadx (cuando ya pensarías en quitar la medicación porque estás bien), se mantendría seis meses más.

¿Que tardas tres meses en encontrarte bien?. Pues nueve meses. ¿Que tardas seis meses en encontrarte bien?. Pues doce meses Al final, no existen enfermedades, ¡existen pacientes!. Todos tenemos nuestras diferencias y seguimos nuestros propios ritmos.

Pero… algunas personas toman la medicación a perpetuidad, ¿puede ser mi caso?.

Siendo puristas: los tratamientos con antidepresivos los mantenemos crónicamente cuando hablamos de la existencia de:

  • Trastorno crónicos: depresiones crónicas / distimias, ansiedad crónica…
  • Trastorno depresivo recurrente, que es como se llama a los casos de depresión mayor en los que se suceden varios episodios a lo largo de la biografía del paciente, con relativamente poco tiempo entre episodios. En estos casos sabemos que tendrá otros episodios depresivos, por lo que de cierta manera no compensa retirar la medicación.

¿Quiere decir esto que toooooodos los casos de personas que toman medicación antidepresiva de forma crónica, realmente tienen que tomar una medicación de forma crónica?. A mi entender, no. Y es que pasa lo siguiente: cuando a una persona se le prescribe un antidepresivo, este paciente debe mantener un seguimiento regular con el profesional prescriptor, bien sea un psiquiatra o un médico de Atención Primaria (y aprovecho para reivindicar que son profesionales capacitados para la prescripción de este tipo de tratamientos), y en función de la evolución se ajusta la dosis del tratamiento hasta finalizar la recuperación; pero esto no siempre ocurre, el paciente no siempre lleva un seguimiento o un seguimiento adecuada, pues puede pasar que:

  • La medicación se le prescribió desde Atención Primaria o desde un Centro de Salud Mental, pero el paciente al final - por el motivo que sea - se terminó desvinculando del profesional, perdiéndose el seguimiento de ese tratamiento, y los profesionales posteriores no tienen muy claro por qué el paciente toma esa medicación así que se la deja puesta.
  • El paciente que toma un antidepresivo atribuye su mejoría a la medicación y cree que depende de ella, por lo que tiene miedo de disminuir la dosis de tratamiento y, ¡peor aún!, de suspender la medicación.

Así que, como resumen: si no tienes un trastorno crónico y mantienes un seguimiento evolutivo de tu enfermedad, no tienes por qué tomar un antidepresivo a perpetuidad.

¿Es difícil retirar un antidepresivo?

Esto ya es un tema más peliagudo porque es precisamente lo que le da la mala fama a estos tratamientos. Vamos a remangarnos porque ahora nos vamos a meter en un jardín. Vamos allá.

En términos generales para la mayoría de las personas no es difícil dejar el tratamiento antidepresivo, siempre que se sigan las indicaciones del profesional. Pero una vez más, no existen enfermedades sino enfermos, y cada uno de nosotros somos diferentes.

Normalmente la retirada de la medicación es fácil y no tiene por qué suponer aparición de molestias o efectos (o muchos) efectos secundarios. Esta retirada siempre ha de ser de manera leeeeeeenta y progresiva, mucho más lenta y progresivamente que cuando empiezas el tratamiento.

Antidepresivos

Sin embargo algunas personas, a pesar de estar siguiendo escrupulosamente las pautas de reducción que le ha dado su profesional de referencia, notan síntomas de retirada. Y aquí hay que incidir en lo siguiente: estos síntomas NO son un síndrome de abstinencia (y esto lo vamos a repetir como un mantra: los-antidepresivos-no-dan-síndrome-de-abstinencia).

«A mí no me engañas, yo he visto a gente con síntomas muy duros por dejar un antidepresivo, y lo que tenían era “un mono”», me podrás decir. A lo que yo te contesto lo siguiente: que aparezcan síntomas adversos al retirar una sustancia (vamos a llamar “sustancia” al medicamento) no tiene por qué tener relación con un síndrome de abstinencia. Para que exista un síndrome de abstinencia ha de haber una dependencia física y psicológica a la sustancia, cosa que no ocurre con el antidepresivo.

  • Síndrome de abstinencia: es el conjunto de reacciones físicas y psíquicas que aparecen cuando se deja de consumir una sustancia a la que se es adicto, y que alteran el estado de salud de la persona que cuando pasa mucho tiempo sin estar bajo los efectos de dicha sustancia. Y una adicción es una enfermedad crónica y recurrente del cerebro en la que, quien la sufre, busca el alivio mediante el consumo de sustancias o determinadas conductas; el desarrollo de la adicción implica la incapacidad de controlar la necesidad de la sustancia, la dificultad para abstenerse de consumirla y la disminución del reconocimiento del problema que padece.

  • Síndrome de retirada: son los signos y síntomas que pueden aparecer en el momento de reducir o suspender la dosis de un antidepresivo, y se cree que está en relación con el hecho de que el tratamiento diario con un psicofármaco puede condicionar la disponibilidad de ciertos neurotransmisores; al reducir más rápido de lo debido o suspender de forma abrupta el psicofármaco, no estaríamos dando tiempo al sistema nervioso central a que disponga de los neurotransmisores de la debida manera, y ello genera una sensación de malestar que se revierte fácilmente en cuanto administramos la dosis de antidepresivo faltante y se “reajustan” los neurotransmisores.

¿Ves la diferencia, pues, del síndrome de abstinencia y del síndrome de retirada?. Ambos se dan en ausencia de una “sustancia”, pero en el primer caso ha de haber una adicción (y yo nunca he visto a un adicto a los antidepresivos…)